Equipo
El Centro de Estudio Sistémico remonta sus inicios al año 1981, al reunirse un grupo de profesionales de la salud mental que deseaban profundizar sus conocimientos y descubrir las aplicaciones de la terapia familiar sistémica.
En el año 1984 Ingeburg Fuhrmann que se había formado como Terapeuta familiar en Alemania junto a Vilma Armengol, Psiquiatra de la Universidad de Chile, la Psicóloga Ana María Labarca y el Psicólogo Carlos Dávila fundaron un grupo llamado TTS, el Taller de Terapia Sistémica. Dos años después estos profesionales comienzan a formar a un grupo reducido de psicólogas y varias de ellas se integraron posteriormente al equipo. Destacan particularmente Silvia Quiroga, Juanita Silva y Mariana Chadwick y Jacinta Scagliotti que se mantuvieron colaborando durante muchos años. En 1988 se suman las psicólogas Blanca María Vergara y Marlene López al equipo y se conformó una sociedad legal denominada Centro de Estudios y Terapia Sistémica que posteriormente se transformó en Centro de Estudio Sistémico específicamente destinado a la capacitación y a la formación en Terapia Familiar.
A la fecha se han ido integrando diversos profesionales y han ido dejando el equipo otros. Todos ellos y ellas han dejado su valioso legado que sigue presente en la formación de las diferentes promociones de Terapeutas Familiares.
A pesar de los cambios en la configuración del equipo, hay dos aspectos que se han mantenido estables en el tiempo. En primer lugar está una búsqueda constante de coherencia entre la teoría y su aplicación práctica. En segundo lugar persiste la apertura para integrar nuevos conocimientos y prácticas tanto a la docencia como al trabajo clínico, que se orienta a continuar mirando, admirando y profundizando la mirada sistémica y el enfoque construccionista.
La aproximación sistémica toma en cuenta tanto a las personas como a su contexto en que se desenvuelven y su entorno social más amplio. Esta perspectiva permite comprender mejor los problemas complejos y la influencia de las relaciones interpersonales en las conductas individuales y viceversa, facilitando de esta manera la resolución de problemas.
La postura profesional construccionista considera al profesional como colaborador en la búsqueda de soluciones a los problemas de persona, parejas y familias en una relación de encuentro humano. Al participar los interesados directamente en este proceso, los resultados se ajustan mejor a sus necesidades y pueden ser más útiles y duraderos, que los propuestos desde el exterior.
El Centro de Estudio Sistémico realiza actividades de:
